Cerramos los ojos por un momento relajándonos, y concentramos toda nuestra atención en repasar mentalmente nuestro sistema familiar, los vemos a todos, abuelos, tíos, padres, ex parejas, hermanos e hijos. Y sobre todo, vemos a los que fallecieron, así sean niños no nacidos.
Los vemos a todos.
Ahora les decimos:
Te veo, te respeto y te doy un lugar en mi alma.
En ese momento
nos sentimos mucho mejor y puede que un
suspiro nos demuestre el alivio, que este sencillo pero profundo ejercicio nos ha dado
Ahora, nos damos cuenta si nos falta alguien más
y vamos hacia esa persona, por ejemplo algún familiar que fue rechazado u olvidado
o un niño no nacido que nadie nunca nombró.
Aunque no
sepamos quien es le decimos: Te veo, Te respeto y Te amo. Te doy el lugar que
te corresponde en mi corazón
De nuevo
nos sentimos en paz.
¿Por qué
nos sentimos mejor solo con volver la mirada hacia nuestro sistema familiar y
brindarle 5 minutos de respeto? Las Constelaciones Familiares nos dan esta respuesta
desde los órdenes del amor. Hellinger su creador, nos
señala que ningún miembro puede excluir a otro del sistema, aquel que en algún momento formó parte de la familia
y aquí hablamos desde niños no nacidos, hasta personas rechazadas por conductas
no aprobadas por la familia PERTENECEN.
Y aquí está
el gran meollo del asunto, TODOS PERTENECEMOS en el sistema familiar y cuando
se trata de excluir a algún miembro, el mismo sistema busca su equilibrio. ¿Cómo
lo conseguirá? Alguno de los miembros del sistema, de las siguientes
generaciones tomará el destino de éste excluido y lo adoptará o perseguirá;
como una conducta, una enfermedad o una emoción que no sabe de dónde le
proviene. ¿Y porque pasa esto? Porque en ese sistema todos estamos unidos en amor
a la gran alma de la familia y ella procura que todo lo que esté vinculado a
ella se conecte y una, integrándose en un aprendizaje para el sistema familiar.
Platón hablaba del alma como un campo que nos permite interrelacionarnos y
Aristóteles nos decía que todo ser vivo tenia alma y a su vez se vinculaban a un alma mayor, todo
lo que tenia alma se conectaba entre si. Otro orden en el alma de la familia
muy importante es que los ancestros deben ser reconocidos y respetados, si esto
es así las generaciones presentes no llevaran cargas, asuntos no resueltos o
enfermedades, que se manifiestan finalmente para obligar al sistema a mirar a
ese ancestro excluido, pero ahora con amor, reconociéndole su pertenencia al
sistema.
Por ende, la exclusión es una ilusión. Así como sucede con el sistema familiar, se replica en los diferentes sistemas vivos, como las sociedades. Cuando un pueblo ha intentado eliminar a otro solo ha creado una vinculación muy profunda con éste, que se manifestará en las siguientes generaciones como conductas, emociones o enfermedades, obligando a los que fueron perpetradores a compensar y a las víctimas a volver a verlos como iguales en su padecimiento y finalmente unirlos en el amor del alma mayor. Solo así ambos encontrarían verdadera paz en el respeto y el reconocimiento.
¿Y tú a
quien excluyes?
Cristina Carbonell