Nuestra
primera historia de amor comenzó generaciones atrás, con un bisabuelo o tal vez
una tatarabuela. Esta historia ha pasado a través de nuestra
sangre, de nuestro amor y lealtad por la familia. Es un lenguaje invisible que
viaja en el tiempo y que se transmite silenciosamente destino tras destino.
La vida se abrió
paso a través de estas historias de amor de ancestros y de padres se encontraron
y nos dieron el regalo maravilloso de la vida. Lo mas sabio seria buscar respetuosamente en estas historias y convertirlas en recursos para encontrar los
caminos al buen amor.
Esto lo
podemos hacer gracias a las Constelaciones Familiares, una terapia que
configura nuestro sistema familiar y nos deja mirar donde un conflicto en el
pasado nos hizo peder la capacidad de tener a nuestro buen amor.
Podemos
estar tomando un lugar equivocado en la familia, por ejemplo hijos que se
sienten y ocupan el lugar de un padre que abandona el hogar. Los convertirá en
hijos celosos y protectores que tendrán dificultad en tener una pareja
saludable, porque están mirando lo que sucedió entre papa y mama, además juzgando.
Cuando un hijo para tomar de sus padres, debe reconocerlos en su corazón tal
cuales son y con amor honrar esa historia.
O el caso
de personas que se quejan de no conseguir el amor verdadero, al realizar la
constelación pueden ver que hay lealtad hacia algún ancestro que sufrió por
amor y decidió quedarse solo. Y nosotros por amor ciego ahora lo seguimos en su
destino sin saberlo.
Los
secretos también puede influir en nuestro destino o las muertes trágicas, la
tataabuela que muere de amor porque matan a su esposo en la guerra, puede dejar
en la familia el miedo al amor ya que este puede causar la muerte.
Son muchos
los casos que pueden resolverse en cuanto al buen amor. Ese que nos permite crecer juntos,
dando y recibiendo con equilibrio. Y que fluye a través del orden que nos
brinda las constelaciones familiares.

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