miércoles, 13 de abril de 2016

¿A Quien Excluimos




 Cerramos los ojos por un momento relajándonos, y concentramos toda nuestra atención en  repasar mentalmente nuestro sistema familiar, los vemos a todos, abuelos, tíos, padres, ex parejas, hermanos e hijos. Y sobre todo, vemos a los que fallecieron, así sean niños no nacidos.
 Los vemos a todos.
Ahora les decimos: Te veo, te respeto y te doy un lugar en mi alma.
En ese momento  nos sentimos mucho mejor y puede que un suspiro nos demuestre el alivio, que este sencillo pero profundo ejercicio nos ha dado
 Ahora, nos damos cuenta si nos falta alguien más y vamos hacia esa persona, por ejemplo algún familiar que fue rechazado u olvidado o un niño no nacido que nadie nunca nombró.
Aunque no sepamos quien es le decimos: Te veo, Te respeto y Te amo. Te doy el lugar que te corresponde  en mi corazón
De nuevo nos sentimos en paz.

¿Por qué nos sentimos mejor solo con volver la mirada hacia nuestro sistema familiar y brindarle 5 minutos de respeto? Las Constelaciones Familiares nos dan esta respuesta desde los órdenes del amor. Hellinger su creador, nos señala que ningún miembro puede excluir a otro del sistema, aquel  que en algún momento formó parte de la familia y aquí hablamos desde niños no nacidos, hasta personas rechazadas por conductas no aprobadas por la familia PERTENECEN.
Y aquí está el gran meollo del asunto, TODOS PERTENECEMOS en el sistema familiar y cuando se trata de excluir a algún miembro, el mismo sistema busca su equilibrio. ¿Cómo lo conseguirá? Alguno de los miembros del sistema, de las siguientes generaciones tomará el destino de éste excluido y lo adoptará o perseguirá; como una conducta, una enfermedad o una emoción que no sabe de dónde le proviene. ¿Y porque pasa esto? Porque en ese sistema todos estamos unidos en amor a la gran alma de la familia y ella procura que todo lo que esté vinculado a ella se conecte y una, integrándose en un aprendizaje para el sistema familiar. Platón hablaba del alma como un campo que nos permite interrelacionarnos y Aristóteles nos decía que todo ser vivo tenia alma  y a su vez se vinculaban a un alma mayor, todo lo que tenia alma se conectaba entre si. Otro orden en el alma de la familia muy importante es que los ancestros deben ser reconocidos y respetados, si esto es así las generaciones presentes no llevaran cargas, asuntos no resueltos o enfermedades, que se manifiestan finalmente para obligar al sistema a mirar a ese ancestro excluido, pero ahora con amor, reconociéndole su pertenencia al sistema.



Por ende,  la exclusión es una ilusión. Así como sucede con el sistema familiar, se replica en los diferentes sistemas vivos, como las sociedades. Cuando un pueblo ha intentado eliminar a otro solo ha creado una vinculación muy profunda con éste, que se manifestará en las siguientes generaciones como conductas, emociones o enfermedades, obligando a los que fueron perpetradores a compensar  y a las víctimas a volver a verlos  como iguales en su padecimiento y finalmente unirlos en el  amor del alma mayor. Solo así ambos encontrarían verdadera paz en el respeto y el reconocimiento.

¿Y tú a quien excluyes?


 Cristina Carbonell
@brujulainterna



No hay comentarios:

Publicar un comentario